lunes, 11 de abril de 2016

Brooklyn Follies

Brooklyn Follies, de Paul Auster, es un torbellino de acontecimientos y emociones, donde las anécdotas más simples se convierten a los ojos del lector en verdaderas obras de arte, donde se mezcla lo cotidiano, lo sorprendente, la fantasía y la lógica para dar lugar a un desfile de personajes confusos y realmente singulares, un atajo de almas en pena que consiguen ser felices juntas. Un gran ejemplo de lo maravilloso de la imperfección humana.                       
NathanGlass, un agente de seguros jubilado decide que su vida está acabada y se traslada a Brooklyn para pasar sus últimos días en el lugar que le vio nacer. Allí decide escribir “El libro del desvarío humano”, un conjunto de todas las torpezas, equivocaciones y meteduras de pata que había cometido a lo largo de su accidentada existencia. Por casualidad, poco después de su llegada,  se encuentra con su sobrino Tom, un joven que parecía destinado a comerse el mundo y a ser alguien importante en la vida, pero que trabaja de dependiente en la modesta librería de Harry, un homosexual con un pasado turbio y fascinante a partes iguales.   
                          
El resto del libro es una serie de casualidades y personajes inolvidables que van enredándose en la vida del protagonista y que le hacen comprender que no ha ido a Brooklyn a morir, sino a vivir más feliz que nunca.        
                                                                                                                
Una de las ideas del libro que más me ha gustado es la del Hotel Existencia, un refugio del mundo que se puede visitar en la imaginación, un lugar para evadirse de lo que te rodea, al que puedes acceder cerrando los ojos. Un hotel como símbolo de la oportunidad de poder vivir dentro de los propios sueños. 
                                                                                                                                      María Moya

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