NathanGlass, un agente
de seguros jubilado decide que su vida está acabada y se traslada a Brooklyn
para pasar sus últimos días en el lugar que le vio nacer. Allí decide escribir
“El libro del desvarío humano”, un conjunto de todas las torpezas,
equivocaciones y meteduras de pata que había cometido a lo largo de su
accidentada existencia. Por casualidad, poco después de su llegada, se encuentra con su sobrino Tom, un joven que
parecía destinado a comerse el mundo y a ser alguien importante en la vida,
pero que trabaja de dependiente en la modesta librería de Harry, un homosexual
con un pasado turbio y fascinante a partes iguales.
El resto del libro es una serie de
casualidades y personajes inolvidables que van enredándose en la vida del
protagonista y que le hacen comprender que no ha ido a Brooklyn a morir, sino a
vivir más feliz que nunca.
Una de
las ideas del libro que más me ha gustado es la del Hotel Existencia, un
refugio del mundo que se puede visitar en la imaginación, un lugar para
evadirse de lo que te rodea, al que puedes acceder cerrando los ojos. Un hotel
como símbolo de la oportunidad de poder vivir dentro de los propios sueños.
María Moya
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