martes, 28 de febrero de 2017

El retrato de Dorian Gray


Resultado de imagen de el retrato de dorian gray libroEl retrato de Dorian Gray, publicada en 1890 por Oscar Wilde, es una obra que desde siempre ha suscitado una gran controversia. Duramente reprochada y tachada de inmoral por muchos de los críticos de su época, mientras que otros la consideran un clásico, una obra de arte. Yo me inclino más por la idea de una novela brillante. Una cosa es segura: no deja a nadie indiferente.

La trama es muy conocida: el retrato de Dorian Gray sería el que envejecería y él permanecería eternamente joven y cuando llegara el invierno para el cuadro, él aún se mantendría donde la primavera tiembla al borde del verano. Lo verdaderamente fascinante y sorprendente de esta obra son las numerosas reflexiones y los diálogos, fruto de la avanzada y asombrosa mentalidad que Wilde, gran conocedor del crisol de pasión y sufrimiento que es la vida humana, tenía para su época.

A pesar de la aparente inmoralidad de los personajes, de unos principios que dan mucho de lo que hablar y unos actos aún más despreciables si cabe, detrás de todo eso hay cierta belleza, pensamientos muy profundos en los razonamientos más superficiales, hay mucho sobre lo que pensar, mucho de lo que aprender. Al fin y al cabo a mi parecer se trata de una obra que, muy lejos de empujarnos a cometer los mismos errores que su protagonista,  trata de impedirnos caer en ellos.

Bien es verdad que en algunos momentos se me ha hecho difícil de leer, creo que porque me resulta complicado entender unas opiniones y una forma de actuar y de entender la vida tan distinta a la mía, aunque desde luego merece la pena su lectura.

" –Lo escribiré en mi diario esta noche.
+ ¿El qué?
– Que a quien se quema le gusta el fuego.
+ Yo ni siquera estoy chamuscada. Mis alas están intanctas.
– Las usas para todo, excepto para volar."

La campana de cristal

Resultado de imagen de la campana de cristal“Porque donde quiera que estuviera sentada – en la cubierta de un barco o en la terraza de un café en París o en Bangkok – estaría sentada bajo la misma campana de cristal, agitándome en mi propio aire viciado.”

Escrita por Sylvia Plath y publicada en 1963, La campana de cristal es una novela muy rompedora, especialmente teniendo en cuanta la época en la que se escribió, ya que trata sobre una enfermedad mental grave. De hecho, si leemos con más profundidad y conocemos de antemano a su autora, no tardaremos en darnos cuenta de que es en cierta forma una autobiografía. A través de la protagonista, Sylvia Plath expresa sus propios problemas, ese desajuste que había tenido siempre y que le hacía sentirse tan vacía, tan incomprendida, tan sola.

La novela trata de la vida de Esther Greenwood, una joven con un prometedor y brillante futuro  que viaja a Nueva York tras ser una de las afortunadas ganadoras del concurso de una revista. Pero ella está muy lejos de sentirse afortunada,  (...) Tenía que estar tan emocionada como la mayoría de las demás chicas, pero no lograba reaccionar. Me sentía muy tranquila y muy vacía, como debe de sentirse el ojo de un tornado que se mueve con ruido sordo en medio del estrépito circundante.

La narración en primera persona de los acontecimientos que irán sucediéndose nos hará adentrarnos de lleno en su mente, conduciéndonos por su laberinto personal para conocer más de cerca cómo funcionaban sus pensamientos, cómo se desmoronaba su mundo dejando al descubierto el caos que siempre había estado ahí.

Quizás fue porque tuve que empaparme de la vida de la autora para realizar un trabajo o quizás es la forma tan seca que tiene de exponer la realidad, tan desnuda, por lo que la historia me resultó realmente dura y triste.