Este libro, de Dulce Chacón, nos
traslada a la cárcel de Las Ventas, al Madrid de un pasado histórico bastante
desconocido (al menos para mí), ya que aunque sepamos datos y cifras de la guerra
civil española, poco sabemos de los sentimientos de las personas que la
vivieron, las desgracias y penurias que se esconden detrás de cada batalla, de
cada muerte durante los años posteriores a la guerra.
La Voz Dormida es la triste y
hermosa historia de las personas que vivieron esta época, del sufrimiento de los
perdedores, y está narrada de una forma tan magnífica que te emocionarás y
sentirás empatía por todos y cada uno de los personajes de la novela.
Retazos de vidas perdidas, vidas
corroídas por la injusticia de la guerra, la ausencia de libertad, el abismo
que dejan las pérdidas de los seres queridos.
El miedo se aferraba en los ojos
con el pestañeo, se enredaba en las entrañas, se colaba en lo más hondo sin dar
explicaciones, sin pedir permiso. Miedo a la espera, a la soledad, a la
humillación, a la incertidumbre de no saber que iba a pasar, miedo a medir mal
lo que uno callaba y a tener que aprender a vivir en silencio.
Todo un homenaje a lo que no
debería volver a repetirse.
“Ambos indagan en los ojos
del otro esperando una respuesta sin formular ninguna pregunta. Ambos buscan
una mirada cómplice que ahuyente el miedo a preguntar. Y el miedo a saber.”
“Libertad, qué extrañas son las palabras
que se resisten a ser pronunciadas sin que el rubor nos alcance. Y qué extraño
es llamar libertad a una carrera en la noche, al cielo raso, al monte bajo, al
frío y al calor, a un pañuelo en la boca, a un fusil en la mano."
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